Ximena Sánchez Aranda tenía 16 años y estaba embarazada, cuando le arrebataron la vida.
La joven tenía poco de haberse ido a vivir con su novio, cuando desapareció en mayo del 2018 en el municipio de Zumpango.
"Ella tenía una relación de pareja y la pareja nos comenta que ella salió, no nos da más especificaciones, sale pero ya no regresa", platicó Erika Aranda, mamá de Ximena.
Sus padres dicen, tardaron casi dos meses para poder activar la alerta Odisea que ayudaría a localizarla, pues el ministerio público de Zumpango solo les ponía trabas.
"Después nos levanta el acta y nos comenta que no nos las podía levantar porque no había sistema, el acta nos la levantan hasta el seis de junio, pero fue en Cuautitlán de Romero Rubio y de ahí nos pasan a Tlalnepantla para hacer la denuncia de Odisea, relató la madre.
Fue hasta agosto que sus padres tuvieron noticias de su hija. La joven estaba muerta, su cuerpo encontrado en La Trinidad en Zumpango, y estaba enterrada en una fosa común.
"Cuando nosotros hacemos el reconocimiento por unas fotos, sin cerciorarse que realmente era ella, nos hacen una prueba de genética que salen positivo, en el mes de agosto nos dicen que salió del 98.8 por ciento de que era ella y al pasar el tiempo nos comenta la MP de Tlalnepantla que ella ya se encontraba en una fosa común que no nos la podían entregar de seis a siete años"
Ximena permaneció más de medio año en la fosa común, hasta el doce de diciembre pasado, sus padres pudieron recuperar su cuerpo para darle cristiana sepultura.
"Hubo muchas omisiones desde un principio, a lo mejor ya tuviéramos a la persona responsable o por lo menos un indicio de quién pudo haber sido"
A diez meses de los hechos, el crimen ha quedado en la impunidad, pues no hay ni detenidos pese a que hay sospechas de quién pudo haber sido el responsable.
Ximena estudiaba la preparatoria y quería ser enfermera. Hoy forma parte de las 396 mujeres que fueron asesinadas durante el año pasado.