Por: Andrés Solis/ @aasolisa
Tres mil 200 kilómetros de frontera separan a México de Estados Unidos y al mismo tiempo une a ambas naciones, en una historia de 200 años de relaciones y vecindad, con altibajos y tensiones y que se reducen ahora a tres temas fundamentales: seguridad, comercio y migración.
La designación del embajador de Estados Unidos en México es siempre relevante pues define las prioridades del gobierno estadounidense en turno, y no necesariamente a los intereses del gobierno mexicano.
En 2016, Donald Trump designó como embajador a Christopher Landeau, quien ocupará una subsecretaría en el Departamento de Estado; para su segundo mandato, el presidente estadounidense anunció la designación de Ronald Johnson como representante de la Casa Blanca ante el gobierno de México.
Athanasios Hristoulas, profesor e investigador de Relaciones Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, indica que "las prioridades del gobierno de Estados Unidos van a estar enfocadas en temas de seguridad, incluso el tema de migración visto desde una perspectiva de seguridad nacional de Estados Unidos".
Francisco Gil Villegas, profesor investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colegio de México, señala "tiene mucha confianza en este embajador de que va a negociar en las cuestiones que a él le interesa que son dos cosas: la cuestión de la seguridad interna y por otro lado la presión que se va a hacer para que no lleguen caravanas migrantes a Estados Unidos".
A decir de especialistas en la relación México-Estados Unidos, la designación de Ronald Johnson como embajador es una señal de que el presidente Trump mantendrá una línea dura con el gobierno mexicano en temas de seguridad y migración, pero con capacidad para negociar en temas económicos.
La mayor preocupación de Donald Trump es que México se convierta en trampolín de productos chinos hacia el mercado comercial más grande del mundo que es el de los países que integran el T-MEC.
El temor estadounidense está basado en que México tiene una balanza comercial favorable en su intercambio con Estados Unidos, pero importa más productos chinos de los que le vendemos al país asiático.
De aquí que el presidente estadounidense utilice la estrategia de imponer aranceles como moneda de cambio para contener el flujo de drogas y migrantes y al mismo tiempo para contener el intercambio comercial entre México y China.
"Si gana el asunto de seguridad en la frontera, no significa que va a usar el tema de migración para que asegura que gana el tema de China", explica Athanasios Hristoulas
Mientras que para Francisco Gil Villegas, "al final de cuentas estas fueron promesas de campaña, que en el momento decisivo no las puede cumplir".