Tras la masacre que se registró el domingo de resurrección en tres iglesias en las ciudades de Batticaloa, Negombo y Colombo, así como en varios hoteles. La policía de Sri Lanka encontró 87 detonadores de bombas en la principal estación de autobuses de esta capital, un día después de los atentados contra iglesias, hoteles y zonas residenciales en el país, que han dejado al menos 290 muertos y alrededor de 500 heridos, dos detonadores estaban tirados en el suelo y otros 75 en un vertedero de basura cercano.
Los detonadores fueron hallados en la estación de autobuses Bastian Mawatha de Pettah, un barrio situado a medio camino entre los hoteles y la iglesia donde el domingo se registraron las explosiones, informó la policía local en un comunicado divulgado por el cingalés The Daily News.
Las fuerzas de seguridad continúan buscando en toda la isla a los responsables de los atentados, los cuales habrían sido cometidos por siete atacantes suicidas, indicó el portavoz policial, Ruwan Gunasekera.
Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado los atentados, pero 24 sospechosos han sido detenidos.
Poco antes, la policía también reportó el hallazgo de una bomba artesanal en una vía de acceso al aeropuerto de Colombo, aunque el dispositivo fue desactivado por peritos de la Fuerza Aérea.
Tanto Gunasekera como el ministro de Salud de Sri Lanka, Rajitha Senaratne, elevaron a 290 los muertos y unos 500 los heridos por las ocho explosiones simultáneas en tres iglesias, tres hoteles de lujo, un barrio residencial y las inmediaciones de un zoológico.
En conferencia de prensa, el ministro de Salud dijo que las investigaciones apuntan a que los atentados habrían sido planificados con la ayuda de una red internacional, teniendo en cuenta el entrenamiento de los atacantes y el uso de explosivos de tal magnitud.
"No creemos que una organización pequeña de este país pueda hacer todo esto. Estamos investigando el apoyo internacional y otros vínculos", dijo el ministro, al tiempo que se preguntó: "¿Cómo se formaron los atacantes suicidas? ¿Cómo se produjeron bombas como esas?".
Más de mil efectivos del Ejército han sido desplegados para proporcionar seguridad en Colombo, la capital comercial y la ciudad más grande de Sri Lanka.
Hasta 2009, Sri Lanka vivió 26 años de guerra civil entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas tamiles del norte de la isla, que terminó con la derrota de los rebeldes, y desde entonces los episodios de violencia étnica y religiosa fueron esporádicos hasta este domingo.