Al menos13 mil niños inmigrantes se encuentran detenidos bajo custodia de las autoridades federales en Estados Unidos.
La cifra incluye cientos de niños ubicados en albergues luego de que fueron separados de un familiar que trató de cruzar con ellos la frontera sin documentos.
Esto ha provocado que cada vez un mayor número de niños migrantes acuda con mayor frecuencia a los tribunales federales de inmigración, a menudo solos, sin familiares y sin abogados.
Bajo esas circunstancias, niños incluso de dos años se presentan a audiencias en que un juez determinará si serán deportados, reunidos con sus padres o si se les otorgará asilo.
Los menores pasan ahora más tiempo que antes bajo custodia del gobierno federal debido al endurecimiento de las políticas del presidente Trump, que hace más difícil que los familiares en Estados Unidos se puedan reunir con los niños.
Entre esas nuevas políticas sobresale un nuevo proceso de verificación de antecedentes, lo que significa que las estancias en custodia son más prolongadas, y la posibilidad de que algunos niños tengan que ver al juez varias veces antes de ser entregados a su madre, a su tío o primos.
Los refugios ahora están casi llenos no porque haya más niños ingresando al país sino porque el gobierno ha creado otro obstáculo para que los niños salgan, de acuerdo con abogados citados por el rotativo.