Fue arrestado Francisco Oropesa, un mexicano de 38 años que asesinó con un rifle de alto poder el pasado viernes en Texas, Estados Unidos a cinco personas, entre ellas un niño de 9 años.
Todas las víctimas eran miembros de una misma familia de origen hondureño y vecinos del atacante.
La Cancillería del país centroamericano los identificó como Sonia Guzmán, de 28 años; Diana Velásquez, de 21; Obdulia Molina, de 31; Jonathan Cáceres, de 18; y Daniel Enrique Lazo, de 9.
El FBI informó que el arresto ocurrió en una casa de la ciudad de Cut and Shoot, Texas, a 16 km de donde ocurrió la masacre. Las autoridades lo encontraron escondido debajo de un montón de ropa.
Un agente del FBI aseguró que el arresto de Oropesa ocurrió gracias a una llamada de una persona que se comunicó con la línea para recibir pistas sobre el paradero del presunto asesino.
El FBI ofrecía una recompensa de ochenta mil dólares, por lo que el dinero se entregará a la persona que llamó, confirmaron las autoridades.
El fiscal de distrito del condado de San Jacinto, Todd Dillon, informó que otras dos personas fueron detenidas por presuntamente ayudar a Oropesa a huir.
Una de ellas es su pareja, Divimara Lamar Nava, quien es sospechosa de "proporcionar ayuda material y apoyo, comida, ropa y transporte" a Oropesa, según Dillon.
Otro presunto cómplice, que no fue identificado, también fue llevado a un centro de detención local.
Oropesa fue detenido por miembros de la Unidad Táctica de la Patrulla Fronteriza, o Bortac, una unidad especializada, dijo el alguacil Capers el martes.
El alguacil del condado de San Jacinto, Greg Capers, dijo que el detenido "permanecerá tras las rejas el resto de sus días".
Será acusado de cinco cargos de asesinato. El presunto atacante fue deportado cuatro veces entre 2009 y 2016, dijeron funcionarios de inmigración.
Las autoridades investigan cómo el sospechoso obtuvo el arma utilizada en los asesinatos, un rifle semiautomático.
Según las primeras investigaciones, la familia le pidió que dejara de practicar con el rifle porque el ruido no dejaba dormir a un bebé, lo que molestó al mexicano por lo que irrumpió en la casa y empezó a disparar.
Ramiro Guzmán sobrevivió el ataque porque se escondió en un clóset con su esposa y su bebé de 6 meses.