Este mes de septiembre marca el décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un caso que sigue sin resolverse y que ha conmocionado a México.
La Escuela Normal Rural de Ayotzinapa celebra jornadas de protesta en memoria de los normalistas, recordando las violentas circunstancias de su desaparición. Federico Vázquez, un estudiante de primer año, comparte su preocupación: "Con lo acontecido, es un nerviosismo pensar en qué momento puede volver a pasar. Siempre supone nerviosismo estar aquí, pero es un orgullo pertenecer a esta escuela". Esta sensación de incertidumbre es común entre los estudiantes, quienes a menudo reflexionan sobre su seguridad.
Los nuevos ingresantes, que se someten a la tradición de raparse la cabeza, simbolizan la igualdad entre ellos y la unidad en la lucha. Desde su ingreso, los estudiantes son instruidos en los ideales socialistas y en la defensa de sus derechos, manteniendo medidas de seguridad estrictas en el recinto. La escuela, ubicada en el estado de Guerrero, también actúa como un refugio para jóvenes de familias campesinas que no tienen recursos.
"A los padres de familia nunca se les va a dejar solos", asegura Fernando García, quien era solo un niño cuando ocurrió la desaparición. Los estudiantes se comprometen a apoyar a las familias de los desaparecidos y aprender sobre la historia de sus compañeros, conectándose con sus familiares para continuar la lucha por la justicia.
El ambiente de la escuela está impregnado de murales e imágenes que evocan la lucha de las clases más humildes en México. La figura de Lucio Cabañas, un maestro y combatiente revolucionario, está presente en cada rincón, recordando el legado de resistencia en la región. Fabián González, líder estudiantil, critica la falta de acción de los gobiernos: "No hemos estado a favor de ningún gobierno político porque sabemos que son políticos burgueses. Hasta que un partido esté a favor de los pobres, no podremos confiar".
La percepción de los estudiantes sobre el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador es negativa. En la institución se leen consignas que critican su labor y la supuesta complicidad de las fuerzas militares en la desaparición de los 43 normalistas. "Estos gobiernos no van a hacer nada, simplemente hacen cortinas de humo", afirma Fabián, subrayando la desconfianza hacia las autoridades.
En Ayotzinapa, el legado de lucha y la búsqueda de justicia siguen vivos, con estudiantes que se preparan para continuar el camino trazado por aquellos que fueron forzados a desaparecer. La escuela no solo es un lugar de formación académica, sino un bastión de resistencia y memoria colectiva que se niega a olvidar a sus hermanos desaparecidos.
Con información de EFE.