El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró la detención en Texas de los narcotraficantes mexicanos Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López, hijo del "Chapo".
El demócrata dijo que esto representa un duro golpe a la cabeza del Cártel de Sinaloa, que describió como "una de las empresas más mortales del mundo".
Los capos fueron detenidos ayer en El Paso, Texas y serán imputados por fabricación de drogas y manejo de redes de narcotráfico.
"Demasiadas vidas de nuestros ciudadanos se han perdido ante el azote del fentanilo. Demasiadas familias se han roto y están sufriendo por esta droga destructiva. Mi administración continuará haciendo todo lo posible para que los narcotraficantes rindan cuentas y para salvar las vidas de los estadounidenses", dijo el presidente.
"Quiero alabar el trabajo de nuestros funcionarios del orden, quienes ejecutaron este arresto, por su continuado trabajo para que el Cartel de Sinaloa se enfrente a la Justicia", aseguró el mandatario.
Zambada de 76 años es acusado de tráfico de drogas y armas, lavado de dinero, asesinato y secuestro, mientras que Guzmán López de tráfico de cocaína, fentanilo, heroína y metanfetaminas.