El gobierno de China respondió la carta del presidente Andrés Manuel López Obrador en la que pedía su ayuda para combatir el contrabando de fentanilo, cuya crisis de consumo enfrenta Estados Unidos.
"Estados Unidos debe afrontar sus propios problemas y tomar medidas más sustantivas para reforzar la regulación dentro de sus fronteras y reducir la demanda", dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, refiriéndose al consumo de drogas como un problema "originado en Estados Unidos".
China no ha sido notificada por México sobre ninguna incautación de fentanilo procedente de China, dijo el portavoz del ministerio, Mao Ning, en una rueda de prensa periódica.
En su conferencia mañanera del 4 de marzo, el presidente López Obrador reveló que había enviado una carta a su homólogo de China, Xi Jinping, para pedirle su cooperación para controlar los envíos de fentanilo desde este país a México al brindarles información sobre quiénes importan la sustancia, en qué cantidades y qué embarcaciones.
López Obrador dijo que con esta información "nosotros tendríamos un mayor control sobre el ingreso de esta droga que en México sólo está autorizada para fines médicos y cuyas importaciones legales son muy pocas".
El fentanilo, utilizado en los hospitales durante la anestesia y para aliviar el dolor, se ha convertido en uno de los principales estupefacientes del mercado negro en Estados Unidos. Las sobredosis de este opioide mataron a más de 100 mil personas en el 2022, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Legisladores de Estados Unidos, entre ellos Lindsay Graham han criticado a México al considerar que no ha hecho los esfuerzos suficientes para frenar el tráfico de fentanilo hacia ese país, por lo que ha planteado que Washigton intervenga militarmente para frenar a los cárteles mexicanos.
La carta y la respuesta de China no mencionaban el suministro de los compuestos químicos utilizados para fabricar el potente sedante.
La Agencia Antidroga estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) asegura que tanto el fentanilo acabado como los compuestos precursores se transportan de China a México, Estados Unidos y Canadá, por correo internacional.