En Tuxpan reside la señora Paula Hidalgo, mejor conocida como Doña Pascualita quien recientemente cumplió 100 años de edad, por lo que es reconocida por habitantes de su comunidad como un ejemplo de fortaleza y buen ánimo a pesar de haber sufrido síntomas de Covid-19.
"De hecho la llevaron al médico y la atendieron y ella en lo personal platica que pensaba que se iba a morir, pero gracias a Dios aquí la tenemos regresó" Dora Alicia Melgoza, vecina.
"No me duele nada, me siento sana, me dolía pero se me quito todo, antes me sentía mal, pero me llevaron al doctor, me dio medicina y se me quito pronto" Paula Hidalgo Ignacio "Pascualita"
Recuerda con cariño su infancia y lamenta haber sufrido la pérdida de tantos familiares a lo largo de las décadas.
"Me ponía a jugar, comía de todo, corría, para acá ando, para allá ando, no me duele nada. Ya no tengo familia, ya todos se murieron, ya nomás yo estoy, mi papá, mi mamá, mis hermanas, todos, nomás una hija que tengo. Mis hermanas se murieron todavía eran jóvenes, y yo me he quedado no se por que" Paula Hidalgo Ignacio "Pascualita".
Recientemente, doña Pascualita se convirtió en una centenaria de vivencias y sabiduría, sin embargo su avanzada edad no la priva de comer y disfrutar de lo que más le gusta.
"Me gusta comer cualquier cosa, adobo, molito, es lo que me dieron de comer, me gusta tomar refresco no se si me hace daño pero luego me dan atolito, café, chocolate también"
Vecinos de la comunidad de Cañada Rica reunieron recursos para festejarla y hacerla sentir honrada a pesar de las carencias.
"Es admirada por toda la gente por todos nosotros, por que a pesar de su grande edad ella se mantiene andando, caminando, y hoy la gente no dura, hay mucha enfermedad y dolor entre la gente nueva. Ella hace su cocina despacio, lava su ropita despacio, porque ya su fuerza se le está acabando, pero aquí la tenemos, es una bendición tener una abuelita aquí cerca" Dora Alicia Melgoza, vecina.
Haciendo faena con machete en mano, cocinando para esperar a su hija a que regrese del trabajo o simplemente charlando con las vecinas que la visitan, doña Pascualita pasa el tiempo demostrando que la clave para alcanzar una vida plena es disfrutar cada día como si fuera el último.