Cualquier persona puede ser portadora de alguna alteración genética sin que desarrolle enfermedad, condición o síndrome; sin embargo, este cambio en los genes puede heredarse a los hijos quienes lo manifiestan con problemas de salud, como ocurre con el albinismo.
En casi todos los tipos de albinismo ambos progenitores son portadores, aunque ellos no presentan síntomas, el diagnóstico temprano da un mayor margen al control de las complicaciones.
El síntoma principal del albinismo es la falta de melanina para la adecuada pigmentación de la piel, debido a que el organismo es incapaz de producir o distribuir este pigmento, y afecta por igual a hombres y mujeres.
La forma más grave se denomina albinismo oculocutáneo, que se caracteriza porque las personas afectadas tienen la piel muy pálida, cabello blanco y ojos claros.
También puede padecer fibrosis pulmonar, inmunodeficiencia, problemas de coagulación y neurológicos, ceguera y cáncer de piel, por lo que es recomendable no exponerse al sol; sufren disminución de la visión y sensibilidad ocular ante la luz brillante.
El pasado 13 de junio fue designado Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo y el lema de este año fue "La inclusión hace la fuerza"