Músicos en la región afirman que la situación económica se complica para su gremio, ya que el tiempo de pandemia se ha extendido más de lo que hubieran imaginado manteniendo cerradas las oportunidades de escena para ellos, situación que los mantiene en carestía a casi un año de inactividad.
Explican que solo algunos integrantes de su sindicato han logrado obtener espacios como en restaurantes para poder tocar por algunas horas a cambio de pequeñas remuneraciones, aunque en la mayoría de las ocasiones, los propietarios aseguran no contar con la solvencia económica, por lo que realizan sus presentaciones a cambio de las propinas de los comensales.
Los artistas reconocen que han recibido invitaciones para tocar en fiestas clandestinas donde la cantidad de invitados supera lo permitido por el protocolo, por lo que pese a su necesidad han tenido que desistir de los contratos.