Un grupo de ocho mujeres que desde hace un año se enfocó en la panadería aseguran que no han tenido el suficiente apoyo para comercializar y establecer de manera formal su pequeña empresa, por el hecho de pertenecer a una congregación religiosa. Pese a que han solicitado apoyos, no han sido favorecidas y sus necesidades son muchas.
Si bien parte de las ganancias se destinan a mejorar su iglesia, también, obtienen recursos para sus familias.
Esperan que las autoridades a cargo de programas que impulsen el desarrollo económico de las comunidades, tomen en cuenta a este grupo de mujeres emprendedoras y dejen a un lado el hecho de ser parte de una congregación religiosa.