Problemas visuales en menores, pueden ser corregidos con detección oportuna

Diplopias, estrabismos, supresión y ambliopías son cuatro problemas visuales que un menor de edad puede presentar desde su nacimiento; cuando son detectados en el primer semestre de vida mediante el tamiz visual, logran ser corregidos. Para ejemplo, el estrabismo, el cual tiene periodos donde se considera parte de un proceso, fuera de este, ya es un problema.

"...Esto es natural porque lo que es la mielinización, apenas se está dando y entonces está ocurriendo un desenfoque de las vías visuales y terminando ese periodo de dos meses que ya la mielinización ya se dio, estamos hablando de la neuronas es cuando el ojo debe estar es su estado normal, a tres o cuatro meses, ese niño no debe tener estrabismo...." José Luis Ramirez Silva, Licenciado en Optometría

La ceguera en un menor puede ser detectado a partir de del tercer o cuarto mes de vida "...Nosotros ocupamos un test que se llama reflejo de Bruckner y ahí nos damos cuenta si ese ojito tiene algún problema, e incluso, a esa edad ya podemos ver que agudeza visual tiene, que agudeza...." José Luis Ramirez Silva, Licenciado en Optometría

A veces se deja pasar mucho tiempo valioso, incluso han sido atendidos jóvenes de 15 años de edad que desean corregir problemas como el estrabismo "aquí al paciente nos los traen cuando ya tiene el problema muy fuerte, cuando ya los músculos están más sólidos, entonces porque si tenemos problemas de estrabismo que pudieron haberse solucionado en su tiempo...."

En el marco del desarrollo visual del menor, es importante que se les deje gatear, ya que en caso de tener algún problema visual, esta sencilla acción , permitirá detectar a tiempo alguna anomalía o en su defecto, ejercitar adecuadamente la visión binocular.

De acuerdo a cifras nacionales de la Asociación para Evitar la Ceguera en México, uno de cada 10 niños tienen una enfermedad ocular y el 70 por ciento de estos, terminan en escuelas para ciegos, por falta de atención oportuna; coincidiendo en que al final una atención tardía termina afectando la calidad de vida del menor.