La comunidad de Tlahuelilpan despidió con sendas misas y dio el último adiós a cinco víctimas de la explosión de una toma clandestina en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) ocurrida el 18 de enero en este municipio.
El domingo pasado fueron sepultadas las primeras tres personas de las 96 que hasta el momento ha dejado la tragedia, mientras otras 48 permanecen hospitalizadas.
Por momentos, los vecinos buscan retomar sus actividades cotidianas, pero el llamado a misa al mediodía y a las 15:00 horas de este jueves les recordó una vez más el infierno que vivieron sus familiares, amigos y/o vecinos, tras el estallido.
"Cada que escucho el llamado a misa se me enchina la piel, pues sé que vamos a despedir a algún vecino", aseguró Rosa, quien comentó que el día de los hechos sus familiares fueron a ver por curiosidad qué es lo que pasaba, pero inmediatamente se retiraron del lugar pues tenían que cumplir un compromiso.
"Nadie debió morir. La tragedia pudo evitarse", resalta don Jesús. "Tlahuelilpan no será lo mismo porque aquí en el pueblo todos los días saludaba a mi vecino Adán (Hernández Mejía) y conocía a muchas de las personas que fallecieron", resaltó doña Guadalupe, antes de ingresar a la iglesia de San Francisco de Asís, ubicada en el centro.
Con música de mariachi y plegarias, la comunidad despidió a los suyos. La música, flores y cantos se hicieron presentes en todo momento, como también la insistencia de que la tragedia pudo evitarse.