Una de cada 10 mil personas nace con hemofilia , una enfermedad hereditaria y poco frecuente que afecta la coagulación y puede ocasionar hemorragias espontáneas, después de una operación o de una lesión.
De acuerdo a la Secretarìa de Salud , las personas con hemofilia tienen bajos niveles de las proteínas encargadas de hacer que la sangre coagule de manera adecuada, llamadas "factores de coagulación" y esto sucede por una mutación o cambio en uno de los genes que da las instrucciones para producir las proteínas del factor de la coagulación necesarias para formar un coágulo de sangre.
Existen varios tipos de esta enfermedad, los más frecuentes son hemofilia A, cuando hay un déficit o falta de factor de coagulación VIII, y hemofilia B, cuando el déficit o la falta se encuentra en el factor de coagulación IX.
Los signos comunes de la hemofilia incluyen hemorragias en diversas partes del cuerpo en las articulaciones, debajo de la piel (moretones), en los músculos y los tejidos blandos, en la boca y las encías, después de recibir inyecciones, en la cabeza del recién nacido después de un parto difícil, en la nariz , así como sangre en la orina o en las heces.
La mejor forma de tratar la hemofilia es mediante la reposición del factor que falta, para que así la sangre se pueda coagular adecuadamente.
Consideran importante que la población tenga esta información para la detección y tratamiento de control oportuno.