Las ventas de automóviles en Estados Unidos enfrentarán una reducción significativa de aproximadamente 800 mil unidades en 2025 debido al impacto de los aranceles impuestos por la Administración del presidente Donald Trump, advirtió Goldman Sachs en un informe publicado este jueves.
La firma de inversión explicó que los aranceles, que aumentan el costo tanto de vehículos importados como de aquellos fabricados en el país, podrían elevar el precio de los automóviles en hasta 4,000 dólares.
Según Goldman Sachs, esta alza en los costos afectará especialmente las ventas de vehículos, ya que los fabricantes no podrán transferir todo el incremento a los consumidores debido al debilitamiento de la demanda.
Como resultado, se espera que en 2025 se vendan en Estados Unidos alrededor de 15.4 millones de vehículos, una cifra significativamente más baja que los 16.25 millones previstos antes de la implementación de los aranceles.
Este ajuste en las expectativas de ventas provocó que Goldman Sachs rebajara su valuación de varias compañías del sector automotriz, entre ellas Ford, así como de proveedores de componentes como Lear y Visteon.
La corrección en las previsiones de ventas también tuvo un impacto inmediato en los mercados, con las acciones de Ford y General Motors (GM) cayendo cerca del 5%.
En medio de estas proyecciones de caída en las ventas, GM también enfrentó otro desafío. La automotriz anunció el despido temporal de 200 trabajadores en su planta Factory Zero en Detroit, donde se producen los modelos eléctricos Chevrolet Silverado EV, GMC Sierra EV, Hummer EV y Cadillac Escalade IQ.
La empresa indicó que los despidos están relacionados con la necesidad de ajustar la producción a las demandas del mercado y no directamente con los aranceles. La planta, que emplea a unas 4,500 personas, continuará con su operación, pero los cambios en la plantilla responden a una reconfiguración de los procesos de fabricación de baterías.
El aumento de los aranceles en Estados Unidos, que actualmente es del 25% para los vehículos importados, también afecta a los automóviles producidos en México y Canadá que no están incluidos en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como a las piezas no producidas en América del Norte.
Esta medida ha generado represalias, ya que Canadá también aplicó aranceles similares a los vehículos producidos en Estados Unidos que no cumplen con las reglas del T-MEC, lo que incrementa aún más las tensiones comerciales entre los países.
En este contexto, los expertos advierten sobre los efectos negativos que los aranceles pueden tener en la industria automotriz en ambos lados de la frontera. La incertidumbre sobre los precios y la disponibilidad de piezas clave podría frenar la recuperación del sector, afectando tanto a los fabricantes como a los consumidores.
A pesar de las previsiones pesimistas, algunos analistas apuntan que la adaptación de la industria a estos nuevos aranceles podría llevar tiempo. Sin embargo, la situación actual refleja cómo las políticas comerciales proteccionistas pueden tener un impacto directo en las grandes industrias, afectando tanto el empleo como la producción y la inversión.