Trabajos dificultan licencia de paternidad, reprochan trabajadores

En México, los hombres, dedican 11.5 horas semanales al cuidado de niños y niñas, mientras que las mujeres destinan 24.1 horas a la semana, es decir, más del doble.

Y es que, datos de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) sólo 1.6 por ciento de los padres en México se dedican completamente al trabajo doméstico, aunque esto no siempre es su decisión, en los centros de trabajo, la licencia de paternidad, no se cumple.

"En mi trabajo me dieron una licencia de cinco días, pero no es suficiente para estar con tu hijo y tu esposa, pero como no me daban más tiempo opté por pedir vacaciones".

Pero son las mismas instancias, quienes han quedado a deber en el tema. De acuerdo con el artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo, los padres empleados y asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tienen derecho a 5 días laborales con goce de sueldo.

"Es una construcción cultural y esto es importante porque puede ser modificable, que podemos diseñarla, implementarla sin que haya un patrón específico, no hay reglas".

Aunque se ha tratado de modificar, esto no ha sido un éxito pues la ampliación del permiso de paternidad hasta por 30 días, aún no se una realidad en el Diario Oficial de la Federación.

"Tendría que pasar no sólo por lo institucional que es importante porque influye en transmisión de cultura, pero también desde lo que se transmite en lo interpersonal".

Existen diversas barreras que impiden la mayor participación de hombres en las tareas de cuidado y en la crianza de hijas e hijos, como lo son, las normas sociales y los estereotipos de género que refuerzan que los cuidados son asunto o trabajo propio de las mujeres, así como la ausencia de políticas laborales que fomenten la corresponsabilidad y el balance familia-trabajo.

"Si lo asumimos más allá del deseo o convicción, tenemos que tener claro que se trata de una responsabilidad importante que implica formar a seres humanos".

Unicef señala que, la ausencia de estas medidas obstaculiza, por un lado, la participación de los hombres en las tareas del hogar, la crianza y cuidados de niñas y niños y, por el otro, la participación de las mujeres en el mercado laboral.