El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, implementará el 2 de abril una serie de aranceles que afectarán a diversos productos importados, incluyendo automóviles, productos agrícolas y microchips.
La medida busca proteger la industria estadounidense, pero ha generado preocupación en varios países que ya preparan respuestas comerciales.
Uno de los puntos más relevantes es la imposición de un arancel del 25 % a todos los automóviles importados, excepto los fabricados en México y Canadá. Además, se aplicarán gravámenes del 25 % a productos agrícolas, farmacéuticos y tecnológicos. También se sancionará con el mismo porcentaje a los países que compren petróleo de Venezuela, afectando a empresas como la española Repsol.
Desde el 4 de marzo ya están en vigor aranceles del 25 % a importaciones procedentes de México y Canadá, excepto en el sector automotriz, que comenzará a ser gravado a partir del 2 de abril. También se establecieron impuestos del 10 % a productos chinos, una medida que ha sido ampliada en los últimos meses.
Las represalias de otros países no se han hecho esperar. La Unión Europea aplicará aranceles sobre productos estadounidenses por un valor de 26 mil millones de euros. Estos impuestos afectarán bienes industriales y agrícolas como acero, textiles y carne de res. China también impuso gravámenes de entre el 10 % y el 15 % a mercancías estadounidenses, incluyendo petróleo, gas y algodón.
Canadá ha respondido con aranceles del 25 % a productos estadounidenses valorados en más de 20 mil millones de dólares, afectando herramientas, acero y computadoras. México, por su parte, continúa en negociaciones para evitar la entrada en vigor de los nuevos impuestos y definir posibles contramedidas.
Trump ha justificado estas medidas como una forma de equilibrar las cargas fiscales entre Estados Unidos y otros países. Sin embargo, la incertidumbre sobre el impacto económico global crece, especialmente ante la posibilidad de una guerra comercial con la Unión Europea y China.
A medida que se acerca la fecha de implementación de estos aranceles, los mercados internacionales están atentos a posibles nuevas sanciones y acuerdos entre países. Las próximas semanas serán clave para determinar si estas medidas impulsarán la economía estadounidense o provocarán una reacción en cadena con consecuencias globales.