México es uno de los principales consumidores de maíz en el mundo, pero actualmente enfrenta una crisis de desabasto.
Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), la producción nacional cayó un 8% en 2024, lo que ha obligado al país a incrementar sus importaciones ante la demanda.
Productores señalan que el campo se ha enfrentado a los estragos del cambio climático, la falta de recursos e incluso a la extorsión del crimen organizado.
En 2024 el país produjo aproximadamente 25 millones de toneladas de maíz, una cifra por debajo de los 27 millones registrados en 2023, lo cual no es suficiente para cubrir la demanda interna, estimada en 45 millones de toneladas anuales.
Esta crisis ha llevado a importar del extanjero un grano que es indispensable en la comida de los mexicanos.
El gobierno mexicano destinó el año pasado cerca de 6 millones de dólares a la compra de maíz, un incremento del 15% comparado con 2023, debido al encarecimiento de los precios internacionales.
El desabasto ha generado un aumento en el precio de las tortillas, que en 2024 registró un alza del 18%, alcanzando un promedio de 24 pesos por kilogramo en zonas urbanas. Esto ha afectado especialmente a las familias de bajos ingresos.
Aunque el gobierno ha anunciado programas de apoyo para productores, como subsidios a fertilizantes y financiamiento para tecnificación, los resultados han sido limitados. Organizaciones campesinas han exigido políticas más integrales para fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones.