En México, según el INEGI hay alrededor de 48 millones de mujeres que son madres y más del 11% son madres solteras, lo que representa poco más de 5 millones de mujeres en esta condición.
La mayoría de ellas son parte de la población económicamente activa. Sin embargo, solo el 70% tienen acceso a prestaciones laborales.
Activistas señalan que las madres solteras no solo son el sustento y la única fuente de ingresos del hogar en muchos casos, sino que también enfrentan desafíos como la doble carga de ser proveedoras y cuidadoras. Y aunque existen algunos apoyos como becas para estudiantes, o las tandas del bienestar, estos no son suficientes.
Esta situación se vuelve aún más difícil cuando no tienen acceso, por ejemplo, a una licencia por maternidad al nacer un hijo o hija, o cuando no tienen un acceso seguro al sistema de salud para ellas y su familia.
La falta de acceso a prestaciones laborales, es un problema común en México y ello se convierte en un factor de vulnerabilidad adicional no solo para las madres solteras, sino también para sus hijos e hijas.
El caso de María José, una mujer de 42 años con dos hijos, fue madre soltera desde los 18 años, quien empezó a trabajar doble para llevar el sustento a su hogar y aunque la vida no ha sido fácil se mantiene con una actitud positiva.
Ella se ha dedicado a vender dulces y cigarros en las calles de Xalapa y afirma que la vida es como cada quien la quiera ver; sin embargo ella sigue adelante, pese a no contar con apoyos gubernamentales.
La desigualdad en el acceso a servicios, la falta de políticas de conciliación entre el trabajo y la familia, y la protección limitada contra la discriminación, son factores de la vulnerabiiidad en la que se encuentra este sector de la población. Por lo que urgen políticas públicas de los tres niveles de gobierno.
Autoridades federales reconocen que la participación de las mujeres en el mercado de trabajo disminuye conforme aumenta su número de hijos, lo cual les hace más complicado tener una mejor calidad de vida.