El 75 por ciento de los trabajadores en México padecen estrés laboral crónico, las causas: exceso o escasez de trabajo, bajos salarios y prestaciones, inseguridad laboral y malas relaciones con los compañeros. Esta cifra es superior a la de China con el 73 por ciento y Estados Unidos con el 59 por ciento.
México tiene cifras alarmantes en la salud mental de sus trabajadores.
El doctor Sánchez Castillo, también aseguró que las personas empiezan a presentar un trastorno de ansiedad, un trastorno de estrés con el trabajo y entonces tenemos ausentismo laboral, bajo rendimiento y enfermedades.
También se manifiesta con irritabilidad y agotamiento; dificultad para concentrarse, menos capacidad para solucionar conflictos; aumento en consumo de alcohol y otras sustancias; dolores corporales, más riesgo de obesidad y de enfermedades cardiovasculares.
Este estrés provoca más de 18 mil infartos al año, 25 por ciento del total y deja pérdidas de hasta 40 mil millones de dólares para las empresas.
Jorge Mérida Puga, psiquiatra, asegura que una persona con depresión falta hasta 14 días al año a su centro de trabajo y una persona con un trastorno por crisis de pánico puede llegara faltar hasta 21 días al año.
En 2019, en México entró en vigor la norma de salud laboral, Nom 35, y en 2023 se reconoció al estrés, depresión, ansiedad e insomnio como enfermedades del trabajo.
Hugo Sánchez Castillo, doctor en neurociencias por la Facultad de psicología de la UNAM dijo que la norma 35 dice que deben mantener estabilidad laboral los trabajadores y si llegan a tener estrés la empresa es responsable mantenerlos en su salud mental.
Expertos consideran que mejorará la atención y prevención, pero el reto es mayúsculo; 85 por ciento de las empresas no cuentan con las condiciones adecuadas para el desempeño de sus trabajadores, no cuidan a su talento humano y promueven diferentes trastornos.
Roxana González, psicóloga dijo que son pocas empresas las que tienen las que están trabajando con esta norma, deberían ser todas las empresas pero no lo están haciendo.
En esta administración federal se conformó el Programa Nacional de Salud Mental, que busca promover el bienestar emocional ante las estadísticas actuales, se espera que este programa sea prioridad.
Hugo Sánchez Castillo, doctor en neurociencias por la Facultad de Psicología de la UNAM dijo que "el mantener un ambiente estable para las personas trabajadoras es fundamental, justo para tener garantizar un rendimiento óptimo".
Con información de Abel Martínez
Para muchas niñas, niños y adolescentes en México, la adopción representa una oportunidad invaluable: la posibilidad de crecer en un entorno seguro, estable y afectuoso, con una familia que les proporcione cuidados, compañía y un verdadero sentido de pertenencia.
En un país donde la desigualdad, la violencia intrafamiliar, el abandono y la pobreza continúan afectando gravemente a la infancia, la adopción puede marcar una diferencia radical en la vida de un menor.
Sin embargo, detrás de cada adopción exitosa existe un proceso complejo, largo y profundamente regulado, que busca ante todo proteger el Interés Superior de la Niñez.
Este principio, consagrado en la Constitución mexicana y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, establece que todas las decisiones y actuaciones del Estado, las instituciones y la sociedad deben estar orientadas al bienestar integral de los menores.
Así, adoptar en México no se trata únicamente de un acto de voluntad, sino de un proceso jurídico, psicológico y social que implica evaluaciones rigurosas, acompañamiento institucional y el compromiso claro de construir vínculos afectivos duraderos.
El proceso de adopción
El procedimiento para adoptar en México está regulado por la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, así como por normativas estatales.
El proceso incluye múltiples etapas: desde entrevistas y estudios socioeconómicos, hasta evaluaciones psicológicas y la presentación de un sinfín de documentos. Una vez concluido ese diagnóstico, si la persona es considerada apta, se le otorga un Certificado de Idoneidad.
Según el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF), para iniciar el trámite de adopción a nivel nacional, los solicitantes deben cumplir con requisitos establecidos por el Código Civil de la Ciudad de México.
Entre los requisitos se encuentran ser cónyuges con al menos dos años de matrimonio, concubinos con una convivencia ininterrumpida de dos años, personas solteras mayores de 25 años, o el tutor de un pupilo.
Las parejas del mismo sexo tienen el mismo acceso al proceso de adopción sin discriminación alguna. Los solicitantes deben asistir al "Curso de Inducción" impartido por la Procuraduría Federal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, donde se abordan aspectos psicosociales, administrativos y judiciales de la adopción.
La adopción homoparental es legal en la Ciudad de México y en 20 estados más, lo que refleja un avance en la inclusión de las parejas del mismo sexo en el sistema de adopción. Entre los estados que permiten la adopción homoparental están la Ciudad de México, Coahuila, Puebla, Chiapas, Querétaro, Yucatán, y más, con la legislación federal asegurando que las parejas del mismo sexo tienen derecho a adoptar en todos los estados que lo permiten.
Aunque el proceso puede variar según las leyes locales, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ofrece detalles específicos sobre los requisitos y procedimientos en cada entidad federativa.
Estadísticas de adopción: un panorama difícil
A pesar de los esfuerzos para promover la adopción, las cifras de adopciones concluidas siguen siendo bajas en comparación con la cantidad de menores que esperan ser adoptados.
Según un informe del DIF Nacional, durante el segundo semestre de 2024 se recibieron 44 solicitudes de adopción (41 nacionales y 3 internacionales), pero solo se concretaron 2 adopciones, es decir, solo una niña y un niño encontraron una nueva familia durante ese periodo.
En contraste, durante el semestre anterior, entre julio y diciembre de 2023, se recibieron 52 solicitudes nacionales y 18 adopciones concluidas. Aunque esta cifra muestra una ligera mejora, los números siguen siendo insuficientes.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su Censo de Alojamientos de Asistencia Social (CAAS), 53 mil 862 menores vivían en centros de este tipo, incluidos más de 22 mil en casas hogar, más de 6,000 en centros de rehabilitación y cerca de 2,600 en albergues para migrantes.
Muchos de estos menores no han perdido a sus familias, sino que se encuentran en estas instituciones porque sus hogares no cuentan con las condiciones necesarias para ofrecerles el cuidado adecuado.
Este panorama revela una situación crítica: los niños y adolescentes siguen siendo una población vulnerable que necesita un sistema de adopción más eficiente. Mientras persisten las altas cifras de institucionalización, la adopción sigue siendo una solución poco accesible para muchos menores.
El sistema de adopción debe transformarse para hacer frente a estas dificultades y garantizar que los menores en espera de ser adoptados tengan mayores oportunidades de encontrar un hogar estable.
La importancia de las casas hogar y el impacto en el proceso de adopción
Según la organización civil Consejo Cívico, Las casas hogar, también conocidas como centros de asistencia social o de acogimiento residencial, son espacios donde niñas, niños y adolescentes permanecen cuando han sido separados de su familia de origen por razones como fallecimiento, pobreza extrema, violencia, adicciones o problemas de salud mental en su entorno.
Aunque en teoría estas instituciones deben ser una medida de último recurso y por el menor tiempo posible, en la práctica siguen siendo la primera respuesta del Estado ante la vulneración del derecho de niñas y niños a vivir en familia.
Estas casas pueden ser públicas o privadas. Según datos de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (RELAF), en 2020 en México había 946 casas hogar: 217 de carácter público y 729 privadas.
Todas ellas forman parte del Sistema de protección especial del Estado, lo que significa que, sin importar su origen o financiamiento, los menores están bajo la guarda y custodia del gobierno mientras permanecen allí. Sin embargo, las fuentes oficiales no detallan con precisión cómo se financian estos espacios, especialmente en el caso de las instituciones privadas.
El ingreso a una casa hogar puede darse por decisión de la familia (cuando se reconoce que no existen condiciones para el cuidado adecuado) o por mandato de una autoridad que actúa en protección del menor.
Es importante subrayar que la mayoría de niñas, niños y adolescentes institucionalizados no son huérfanos. Por tanto, estos espacios no son orfanatos en el sentido tradicional, sino instituciones de acogida temporal donde se intenta restituir los derechos vulnerados.
El acogimiento familiar es una medida transitoria, mientras que la adopción representa una solución definitiva. Sin embargo, México enfrenta grandes retos en la implementación de estos modelos, pues la falta de estructuras, apoyos y políticas públicas robustas ha perpetuado la institucionalización como norma, en lugar de excepción.
A pesar de los obstáculos, la adopción sigue siendo una opción valiosa para garantizar el derecho de niñas, niños y adolescentes a vivir en familia.
Por ello, expertos y organizaciones insisten en la necesidad de reforzar los sistemas de adopción, profesionalizar a las autoridades competentes y promover campañas de sensibilización sobre la adopción de menores mayores, grupos de hermanos y adolescentes.
La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes establece que el interés superior del menor debe guiar todas las decisiones que les afectan. Adoptar, entonces, no solo es un acto de amor, sino también un compromiso social y ético con el futuro de la infancia mexicana.
Mientras eso ocurre, miles de niñas y niños siguen esperando una oportunidad para crecer en un hogar que les brinde cariño, protección y una nueva historia.
Personal de las dependencias del Gobierno del Estado y del Ayuntamiento de Xalapa participaron este martes 29 en el primer Simulacro Nacional 2025 en el primer Cuadro de la Capital.
En punto de las 11.30 horas se activó la alarma en el edificio del Palacio de Gobierno, siendo desalojados trabajadores y trabajadoras de la Secretaría de Gobierno, de la Oficina de la Gobernadora, de la Contraloría General y de la Coordinación de Comunicación Social.
Además se desalojó a personal de la Torre Ejecutiva de Seguridad Pública, así como de oficinas comerciales y bancarias en el primer cuadro.
Veracruz se prepara para las elecciones que marcarán el destino de sus 212 municipios.
"El proceso electoral local que hoy iniciamos permitirá la renovación pacífica de los órganos de gobierno y administración de los municipios. Estamos listos para enfrentarlo en el marco de nuestras atribuciones con la garantía de que alcanzaremos juntos un resultado favorable en beneficio de la democracia veracruzana", mencionó el pasado 7 de noviembre la Consejera Presidenta del OPLE, Marisol Alicia Delgadillo Morales.
En estas votaciones se definirán mil 54 puestos de elección popular:
212
Presidencias Municipales
212
Sindicaturas
630
Regidurías
El periodo de campañas políticas inicia formalmente el 29 de abril y concluye el 28 de mayo.
A partir de ese momento se deberán respetar los tres días de veda electoral para dar paso al ejercicio electoral en el que podrán participar 6 millones 113 mil 314 veracruzanos.
Mujeres
3 millones 235 mil 732
Hombres
2 millones 877 mil 543
Personas no binarias
9
Cualquier candidato puede ganar con el respaldo ciudadano, aunque en el análisis no todas las votaciones serían tan reñidas como se podría esperar.
"A mi juicio en Boca del Río y Alvarado de las más interesantes en este momento. El PRI pinta en Cosoleacaque con este Vázquez Parisi; acá en Orizaba con todo y el señor Diez y su sucesor, que la gente está contenta en Orizaba. Y de ahí en fuera van a ser profundamente aburridas las elecciones", expone el analista político Carlos Ronzón Verónica.
Las elecciones Veracruz están a la vuelta de la esquina, aunque se desarrollarán tras varios señalamientos por la presunta venta de candidaturas.
Así como amenazas, ataques violentos y nepotismo, algo que no deja de ser común pese al discurso del partido en el poder.
"Hay una inconformidad de parte de las bases, de parte de los fundadores, de parte de quienes caminaron, sudaron, convencieron a mucha gente, veracruzanos, veracruzanas, para llevar al poder al Movimiento de Regeneración Nacional y hoy se nos están, nuevamente, imponiendo candidatos que no representan ni la lucha, ni la causa, ni las convicciones ni los ideales de este movimiento", denunció recientemente Michelle Trujillo Pantiga, del Frente Nacional Obradorista.