El conflicto entre Rusia y Ucrania continúa siendo un tema central en la política internacional, incluso en enero de 2025.
En su último gran discurso sobre política exterior, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, destacó los avances de su administración en apoyo a Ucrania y afirmó que ha "sentado las bases" para que la próxima administración de Donald Trump pueda continuar protegiendo el futuro de este país europeo.
"Ucrania sigue siendo un país libre e independiente con potencial para un futuro brillante", aseguró Biden, quien dejará la presidencia el próximo 20 de enero. Según el mandatario, el presidente ruso Vladímir Putin "ha fracasado en todos sus objetivos estratégicos" tres años después de haber iniciado la invasión a Ucrania.
Biden subrayó que, cuando comenzó la guerra, Putin confiaba en conquistar Kiev en pocos días. "Desde que comenzó esa guerra, yo soy el único que ha visitado el centro de Kiev. Él no", destacó, enfatizando la resistencia ucraniana frente a las agresiones rusas.
El presidente también resaltó la alianza construida bajo su liderazgo, con la participación de 50 naciones europeas y asiáticas, que trabajaron en conjunto para apoyar a Ucrania. Entre estas acciones destacó la imposición de "sanciones sin precedentes" a Rusia y los esfuerzos internacionales para frenar la agresión rusa.
Biden afirmó que estas medidas han debilitado significativamente a Rusia, tanto en el campo de batalla como en términos económicos. "Rusia está perdiendo terreno en el campo de batalla y su economía está bajo una enorme presión", declaró.
Por su parte, Donald Trump, quien asumirá la presidencia tras ganar las elecciones del 5 de noviembre, ha expresado su intención de buscar un acuerdo entre Rusia y Ucrania para poner fin al conflicto. Sin embargo, no ha especificado si su plan incluirá la anexión rusa de territorios ocupados.
Biden también hizo énfasis en uno de sus logros clave: "Unir al mundo para defender a Ucrania y evitar una guerra entre potencias nucleares. Hicimos ambas cosas", reivindicó. Su discurso cierra una etapa de liderazgo marcado por la prioridad de frenar la agresión rusa, mientras Trump se enfrenta al desafío de consolidar la paz en una región aún en conflicto.