El conflicto entre Rusia y Ucrania ha provocado la escasez de fertilizante químico y el incremento de su precio hasta un 300 por ciento, situación que ha orillado a productores agrícolas a utilizar productos orgánicos, que también han aumentado de costo, lo que complica la situación económica, que ya ha dejado repercusiones financieras después de la pandemia por covid-19.