Ante el incremento de incendios en áreas protegidas de la región Zamora y Tangancícuaro, brigadistas y autoridades comunales se mantienen alerta, ya que se han perdido miles de hectáreas de bosques durante los últimos años. Lo que ha generado daños colaterales desde la pérdida de árboles, contaminación del aire, mantos freáticos y la generación de gases tóxicos que resultan un foco de contaminación para los habitantes de las poblaciones aledañas.
"Algunos incendios son provocados por cambio de uso de suelo, pero muchos otros son por descuido de las personas que van a hacer sus días de campo, que de repente dejan sus fogatas por ahí los trabajadores y se sale de control", comentó el presidente de bienes comunales en Patamban, Genaro Hernández Calendario.
El cambio de uso de suelo, la tala inmoderada y los incendios generan diversas afectaciones, desde cuestiones económicas, de salud y otras que se verán a corto y mediano plazo.
Por otro lado, y no menos importante el 95% de los incendios de pastizales en las ciudades son por acción humana, situación que también genera repercusiones al medio ambiente.
En el caso de Michoacán, diversas comunidades basan su economía en la elaboración de artesanías y la incidencia de incendios los afecta directamente. Los brigadistas se enfrentan a la deforestacion, a las agrupaciones criminales y al cambio climático.