Mpox: nueva emergencia, ¿qué tan preocupados debemos estar?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado nuevamente al mpox, una infección viral que se transmite por contacto cercano, como una emergencia de salud global. Esta es la segunda vez en dos años que se toma esta medida.
Hace dos años, el mpox fue declarado emergencia cuando comenzó a propagarse globalmente. Gracias a cambios en el comportamiento, prácticas sexuales seguras y vacunas, el brote fue controlado en muchos países.
Sin embargo, el mpox ha sido un problema en África durante décadas. El primer caso se registró en el Congo en 1970, y desde entonces ha habido varios brotes. El brote actual en el Congo es el peor de su historia, con 27,000 casos y más de 1,100 muertes desde enero de 2023, afectando principalmente a niños.
En México, según la Secretaría de Salud. En 2024, en nuestro país se han registrado un total de 212 casos probables y 49 confirmados, que se encuentran distribuidos en 11 entidades federativas. Hasta el momento, en territorio mexicano no se ha identificado la nueva variante clado 1b.
La enfermedad provoca síntomas similares a la gripe y lesiones en la piel, y aunque generalmente es leve, puede ser mortal, especialmente para niños, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
Lo que preocupa a la comunidad internacional es una nueva variante del virus que se está propagando rápidamente en el Congo y ha llegado a países vecinos como Ruanda, Uganda, Burundi y Kenia. Esta nueva forma del virus se transmite a través del contacto sexual y otros contactos cercanos, y se sabe poco sobre ella.
La OMS está buscando desarrollar vacunas para esta nueva variante y mejorar la vigilancia del virus. Aunque en 2022 la OMS solicitó 34 millones de dólares para combatir el mpox sin obtener respuesta, ahora se están pidiendo donaciones de vacunas a países con reservas, aunque estas son limitadas.
Aunque el mpox es un problema de salud grave, no es como el Covid-19. No se propaga fácilmente por el aire, y existen herramientas que han demostrado ser efectivas para detener su propagación. El reto ahora es garantizar que esas herramientas lleguen a quienes más las necesitan, especialmente en el Congo y los países vecinos.