Durante el 2019 se generaron alrededor de 50 mil toneladas de desechos orgánicos de mango y piña en el Valle de Zamora, al no existir la correcta disposición final de la cáscara y el hueso, se incrementan los problemas de contaminación, dañando las tierras de cultivos. Para el 2020 se prevé exista solo la producción de 25 mil toneladas, ya que por la pandemia del COVID-19, las empresas procesadoras de alimentos sólo trabajan al 50 por ciento. La dirección de desarrollo rural exhorta a los agroindustriales para que eviten tirar los desperdicios a cielo abierto y los lleven al relleno sanitario, en dónde se les dará un tratamiento especial.