Zihuatanejo alberga artesanos que emigraron de otras parte de Guerrero y que con sus propias manos imprimen la cultura y representatividad de animales o frutas de los pueblos originarios.
En el mercado de artesanías, la familia Vargas Albino se dedica a la venta de artesanías de barro o madera pintadas a mano, así como bisutería hecha a base de chaquiras.
Desde hace 61 años, la madre de Estela comenzó con esta labor que da reconocimiento a la cultura guerrerense.
En platos elaborados de madera de guamúchil o pino, los artesanos pintan la historia de los pueblos que van desde corridas de toros o la celebración de una boda.
Entre las artesanías, también elaboran placas con frases cortas, una decoración hecha a base de recortes de placas de automóvil.
El pintado de las artesanías es un trabajo elaborado que le lleva hasta tres días, lo realizan los artesanos mientras cuidan su negocio y esperan la venta de algún artículo, aunque lamentaron que, son pocos los turistas que se llevan los artículos más elaborados.