Por: Román Ortega
En un lapso de 10 años, la actividad económica informal en México tuvo un incremento marginal 0.6, con diversos altibajos entre el 2011 y el 2021, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con datos del Inegi, en el 2011 la participación de la economía informal en el producto interno bruto fue del 23.1, mientras que para el 2021 fue de 23.7.
Antonio Ruiz Porras, coordinador del Doctorado de Estudios Económicos UdeG, indica que "la falta de crecimiento de la economía formal, debemos reconocer que en este momento particularmente todavía estamos bajo las secuelas de la pandemia, que apenas está recuperando el mercado laboral. Adicionalmente tenemos el factor de que ha cambiado un poco lo que son las leyes laborales, es muy rígido el sistema para crear empleos".
La actividad económica informal afecta directamente a quienes la realizan, pues no cuenta con ninguna prestación social, además de que no generan impuestos.
"Tiene un impacto sobre la seguridad social de la población en México, segundo lugar, otro problema de la informalidad es que como no generan impuestos a la larga implica que los que están en la formalidad tienen que cargar doble el peso de los servicios públicos, precio de los servicios sociales", señala Ruiz Porras.
Iván es comerciante informal de toda la vida. Ha trabajado en tianguis y diferentes lugares. Actualmente vende tacos de carnitas afuera de la clínica 89 del IMSS, en Guadalajara.
Los bajos salarios y altos costos de rentar un local comercial lo han obligado a trabajar en la informalidad.
Iván, habla de su experiencia, "si cuando tienes carrera es difícil conseguir trabajo y los sueldos no son tan grandes, cuando tienes compromisos y tienes gente que depende de ti, hijos todo eso tienes que buscarle por otros lados, entonces optamos por poner un negocio propio".