Tras la restricción de navegación a embarcaciones de pesca deportiva y uso recreativo, por la pandemia del Covid-19, en los litorales de playa en los últimos días ha sido recurrente el avistamiento de ballenas de la especie jorobadas.
Este hecho causa asombro pues oficialmente la temporada de avistamiento de esta especie concluyó el mes pasado y se supone poco a poco debería ir disminuyendo la presencia de los cetáceos quienes para esta fecha ya se encuentran en otra zona del planeta.
Desde hace más de 15 días la Capitanía de Puerto ordenó la suspensión temporal de las embarcaciones de recreo, con ello fueron paralizadas más de 300 lanchas que prestaban su servicios a turistas en el traslado y la captura de especies deportivas como pez vela, marlin y dorado.
De acuerdo con especialistas, estos mamíferos marinos salen a la superficie por la quietud de las aguas; pues con la suspensión de lanchas el ruido de motores, así como el tráfico marítimo disminuyó.
Esto facilita que las ballenas y sus cachalotes no sólo salgan a la superficie, sino que se acerquen a la orilla y regalen espectáculos visuales muy difíciles de observar por el ojo humano.
Estas especies durante los meses de diciembre, enero, febrero y marzo llegan al binomio de playas para procrearse o dar a luz a sus crías, de hecho, este año fue el primero reconocido oficialmente por las autoridades para el avistamiento de cetáceos.