Con la conmemoración del Día de muertos llega a su vez la emblemática y tradicional danza del Cortés, que a pesar de los años se resiste a desaparecer, pues sigue siendo uno de los atractivos del puerto más importantes y que a inicios de noviembre, vecinos se organizan para su representación por las calles y plazas de Zihuatanejo.
El contingente de jóvenes, al ritmo de palos y botes amenizan y hacen el ambiente propicio para la pelea que se suscitó en la conquista de los españoles, luego de su llegada a tierra azteca; con algarabía habitantes y turistas son partícipes de esta tradición, incluso, ahora también las mujeres, sin miedo se enfrentan al jinete y su caballo.
De acuerdo a los organizadores, este baile escenifica las acciones de Hernán Cortés, quien por placer organizaba un ritual en el cual sacrificaba a los nativos, los obligaba a entrar en un ruedo con un verdugo que los golpeaba hasta matarlos sin mayor oportunidad de defenderse, así luchaban a desventaja hasta el último respiro.
El Cortés (o la yegua) se escenifica con la cara cubierta por una máscara de guaje representando la muerte: en una mano lleva una espada de madera y en la otra las riendas de un caballo de carrizo y yute amarrado a la cintura en forma de arnés; "La Malinche" la escenifica un danzante vestido y maquillado como mujer, supuestamente quien traicionó a los indios del imperio azteca.
Los "Toreadores" que se encargan de enfrentar a "El Cortes" con una espada de madera en una mano y en el otro costado un zarape, con ello se defienden de los embates propiciados por el hacendado.
La danza del Cortés desde hace muchos años se lleva a cabo del 31 de octubre al dos de noviembre en diversos sitios como: La Correa, El Coacoyul, así como El Centro y el primer cuadro de la ciudad.