Los panteones se han pintado de colores, principalmente de amarillo y naranja con la flor de cempasúchil. Los campos santos, tomaron vida con la gente que todo este 1 y 2 de noviembre, entran y salen para visitar a sus familiares difuntos.
En Agua de Correa, familias completas se reúnen alrededor del sepulcro de algún familiar para chaponar, barrer y limpiar las ultima morada de sus seres queridos. Otros llevan comidas, bebidas y música para estar unas cuantas horas entre risas y llanto, recordando al que se fue.
Personas de la tercera edad, apenas pueden caminar, pero eso no les impide llevar flores a sus padres, hijos y hermanos que se adelantaron.
En este día la tradición está más viva que nunca y se deja sentir con sus vividos colores y olores, para agasajar a las almas que tienen permiso de visitarnos, una vez al año.