En el olvido damnificados eternos de Petatlán

A más de dos años del paso destructivo de la tormenta tropical "Carlotta" o el huracán "Max", en Petatlán municipio de la Costa Grande de Guerrero, permanecen cientos de personas damnificadas, quienes aunque parezca difícil de creer, no han obtenido ayuda de las autoridades.

Tal y como quedaron sus hogares por la creciente del río, prácticamente en ruinas, así es como permanecen a dos años de distintas tragedias; les dijeron que recibirían ayuda, fueron censados pero en la actualidad, la mayoría continúan dentro de sus viviendas con riesgo de morir aplastados.

Los fenómenos naturales desde 2017, provocaron la inundación de 424 viviendas inundadas en 17 colonias, de este número, 228 resultaron con daños estructurales; y a la fecha, cientos continúan sin reparar, con bardas y paredes colapsados, colgando en el aire y cuarteadas.

En aquellos años, a modo de simulación, el gobierno federal llevó a cabo recorridos y censos, los habitantes creyeron que recibirían ayuda pero no fue así, al contrario, los apoyos fueron dirigidos sólo a personas con estatus social alto.

"Hay gente que tienen recursos y son los que les llega la ayuda y uno que está jodido no le llega ayuda, no le llega nada". (Irving Luna Tolentino)

La señora Enedina Ozuna Reséndiz, de la compañía Montes de Oca, fue una de las eternas damnificadas, narró la tragedia que vivió hace algunos años y a pesar de que es pobre y padece una discapacidad motriz, no recibió ayuda.

"Me tumbó la casa aquella, a todos le dieron casa, a mi no me dieron casa; según el señor presidente mandó para la gente pobre y no fue así".

"Mi casa se me fue con todo y muebles, todo lo que ya tenía por el río cuando se metió hasta aquí al contrario lo que quedó aquí, me dejaron la gente en la villa calle".

Por si no fuera suficiente quedar desamparada por el gobierno, recientemente a doña Enedina le quitaron una pensión con la que apenas y podía alimentarse.

Después de varios años en el rezago, esta mujer de la tercera edad ha perdido la esperanza de que alguien la ayude, pues si en su momento, la pasada administración municipal que encabezó el extinto Arturo Gómez Pérez no la quiso ayudar con un bastón, menos con reconstruir su hogar.

"Fuí, ya estaba yo cuarrenga cuando le dije que por qué no me dan bastón, sabe qué me dijo cuando estaba el señor Arturo me dijo el compadre de Arturo que no me había mandado a llamar, que le dijera a Arturo que me diera el bastón para sostenerme, cargo un palito y ahorita tengo tres años con lo del embolio, yo no puedo caminar".

El Director de Protección Civil de Petatlán, Rafael Abarca Fernández, confirmó que a la fecha tienen ubicados cientos de viviendas a orilla del río que continúan destruidas, algunas habitadas y otras no están ocupadas por miedo.

"Todo lo que es la orilla del río, desde la colonia Centro, ahí donde parte el arroyo del Mesón hasta el Barrio de la Hoja, la temporada pasada, las lluvias debilitaron, acordemos que fue algo simultáneo, lluvia y temblor en ese entonces, eso debilitó a varias casas y muchas casas están hoy en día, no están habitadas".

Además de doña Enedina y el señor Irving, el ahora funcionario local también resultó damnificado; recuerda que el agua y lodo entraron a su vivienda y negocio y que en aquel entonces, Rosario Robles Berlanga, como titular de SEDATU, prometió un apoyo que hasta ahora no ha llegado.

"Fue cuando vino en aquel tiempo la titular de SEDATU, la señora Rosario Robles, ella nos vino a prometer que efectivamente íbamos a recibir todo el apoyo federal, hasta hoy en día hay muchas viviendas que están sin recibir un peso porque no aterrizó ese apoyo aquí en el municipio".  

"Ellos le dieron dinero a quien nunca fueron afectados en las viviendas, en ningún tipo y más bien, recibió dinero gente en colonias que ni siquiera se mojaron las manos".

Ha iniciado ya la temporada de lluvias y en Petatlán, apenas comienza a llover, los damnificados eternos entran en un martirio y con justa razón, tienen miedo de que se repita la historia, en ambas direcciones, mayor destrucción de sus hogares y el olvido, ser ignorados otro año más por las autoridades.