Ha sido evidente que habitantes de Zihuatanejo han ignorado la recomendación de la presidenta municipal, Liz Tapia Castro, de evitar el uso de pirotecnia durante las peregrinaciones de diciembre.
Pese al llamado a la empatía por los efectos negativos que estos artefactos tienen en mascotas y niños con autismo, el estruendo sigue siendo frecuente en el primer cuadro de la ciudad.
Desde el inicio del mes, las explosiones de fuegos pirotécnicos se escuchan cada tarde y noche, afectando a sectores vulnerables. La edil sugirió moderación para evitar crisis nerviosas y alteraciones, pero la falta de un marco regulatorio ha impedido un control efectivo.
Para garantizar el cumplimiento de estas recomendaciones, sería necesario establecer una prohibición oficial y sanciones específicas para los infractores a partir del próximo año. Esto podría fomentar una mayor conciencia entre los feligreses y reducir el impacto de estas prácticas.