Con horas extenuantes de trabajo continuo, cuando hay servicios, o días enteros sentados esperando clientes, en resumen, así podría describirse la labor de espera de un mesero.
Y es que no solo es eso: subir, bajar, llevar, traer, cambiar, limpiar, sacudir, tomar la comanda y lidiar con clientes no tan amistosos. Como cualquier otro empleo, las jornadas son de ocho horas, pero podría extenderse si les toca una buena mesa.
Los meseros no tienen sueldo fijo y su ganancia se logra a base de comisiones.
En temporada baja, lo meseros esperan el turismo en sus sitios de trabajo con la expectativa de captura una buena mesa. Los años dorados para este sector fue cuando el turismo extranjero llegaba y pagaba en dólares, se estima que, fue cuando había la explotación de minas cercanas.
En playa Linda hay 150 meseros en 30 restaurantes y enramadas, aquí esperan tener una buena mesa y es usual verlos en todo el esplendor del servicio, siempre buscando dar una buena impresión para ganarse una buena propina.