A lo largo de los años tormentas y huracanes han dejado serías afectaciones en todo el país, pero hablando especialmente de Guerrero, no nos hemos quedado atrás, de hecho, las repercusiones han sido tal que la ayuda de los tres órdenes de gobierno no ha sido suficiente.
El cambio climática ha provocado que cada vez más las tormentas vengan con mayor fuerza, y lamentablemente los asentamientos humanos con el paso de los mismos años se vuelven más irregulares, sin las características de seguridad que se requieren para un buen hábitat.
Por citar un caso, hace varios años la tormenta tropical "Manuel" y el huracán "Ingrid" provocaron muchas afectaciones que a más de seis años todavía no ha sido posible resolver del todo.
Decenas de personas muertas, Miles de familias afectadas por el colapso o daño parcial de sus viviendas, así como inundaciones, como no decir de las escuelas que fueron de los sectores con mayor repercusión.
En el caso de obras sociales, las vialidades federales y puentes también sufrieron cortes y desprendimientos de la carpeta asfáltica; por citar el más sonado fue el puente de Coyuca de Benítez, el cual sufrió una fractura de consideración que lo dejó inmovilizado y sin comunicación a la Costa Grande.
Las autoridades de Protección Civil han hecho un recuento de todos estos episodios y aunque cada vez más se está más preparado y capacitado para actuar en contingencias, la población pareciera que no le toma importancia, pues continúan siendo las principales víctimas de la naturaleza.
Se ha repetido que deben evitar asentarse en zonas irregulares, tan solo en Zihuatanejo hay alrededor de dos mil personas que están en riesgo de que sus viviendas sufran afectaciones, desde desprendimiento de techos o la inundación y hasta la caída total.
El Director de Protección Civil Jorge Cervantes Álvarez hizo un llamado a la población a que tomen en serio las recomendaciones emitidas por las autoridades oficiales y estén prevenidos, que busquen la ayuda de la corporación para que en caso de ser necesario reciban refugio temporal y no ocurra una desgracia.