Ganaderos pronosticaban que este 2024 podrían perderse 3 mil cabezas de ganado ante la temporada de sequía, sin embargo gracias a la llegada oportuna de las lluvias la historia cambió. El pasto, vital para la alimentación y nutrición de los animales, ha comenzado a reverdecer, aliviando a los productores.
Bulfrano Bravo Espino, productor y ambientalista de Zihuatanejo, informó que las lluvias comenzaron a tiempo y, al menos en la zona serrana, han sido constantes. Estas precipitaciones no solo han favorecido a la ganadería, sino que también han ayudado a la recuperación de sembradíos, especialmente de maíz, que es un cultivo fundamental para la región.
Se espera que esta tendencia de lluvias continuas se mantenga, ya que el próximo 21 de julio inicia la canícula, un periodo de sequía que puede durar hasta 40 días en plena temporada de lluvias. No obstante, si las precipitaciones siguen siendo suficientes, el impacto de la canícula podría ser amortiguado.
A pesar de que algunos productores han reportado la muerte de sus animales, la cifra no fue tan alta como se había pronosticado. Sin embargo, esta semana sigue siendo crítica. El ganado que consume los primeros brotes de pasto puede sufrir problemas estomacales, deshidratación, pérdida de defensas y quedar vulnerable a enfermedades potencialmente fatales.