Además de los médicos y enfermeras en hospitales y clínicas, otros protagonistas ubicados también en la primera línea de fuego en el combate contra el Covid-19 son los paramédicos; ellos tienen el contacto inicial con los pacientes y lamentablemente, también son ellos quienes reciben malos tratos, agresiones verbales o en ocasiones hasta físicas, de la población que no cree en este virus que en Guerrero ha ocasionado la muerte de más de 600 personas.
Juan Carlos Martínez Vázquez es Coordinador de Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana de Zihuatanejo, la única institución hasta el momento, autorizada por el sector salud para el manejo de pacientes sospechosos a coronavirus, él afirma que desde que comenzó la contingencia han recibido la capacitación y todo el equipo necesario para atender la emergencia sanitaria, pero, ¿Es eso suficiente para sentirse seguros?
Manejan una ambulancia especial equipada con oxigeno y todo lo que ocupan pacientes sospechosos a Covid-19; para el contacto con el enfermo, utilizan una capsula especial, trajes de bioseguridad, cubrebocas, gafas, caretas, así como guantes, gorros y botas quirúrgicas; si bien es cierto, todo eso reduce las probabilidades de contraer el virus, no del mismo modo puede evitar que no tengan miedo.
El primer servicio de paciente con Covid-19 que hicieron fue el primero de mayo, y en lo que va de la emergencia sanitaria, la Delegación Cruz Roja Mexicana de Zihuatanejo han hecho 12 traslados locales y foráneos, a contra corriente, todos los días desde entonces, no los abandona la idea de estar contagiados y poder contagiar a sus familiares; a todo eso se le suman ataques de un grupo de la sociedad, de frente o en redes sociales, que no valoran el esfuerzo que desempeñan los paramédicos, quienes en su mayoría lo hacen sin recibir un salario porque son voluntarios.
Pero a pesar de la respuesta de sus retractores, ellos no piensan dejar de hacerlo, y es que aseguran son respetuosos de lo que piense o crea cada individuo, sin embargo, piden a la población cesen las agresiones, que se detengan los ataques y aún sin creer en el Covid-19, que cuiden a su familia, no está de más.
Porque mientras muchas personas se esmeran en agredir antes de acostarse a dormir, los paramédicos pasan sus noches limpiando ambulancias.