De la comunidad coralina original en playa Las Gatas actualmente sólo queda viva un 20 por ciento, informó el biólogo Carlos Candelaria, de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia de la UNAM; no obstante, indicó que existe la posibilidad de restauración con acciones de largo plazo, comprendiendo que la conservación de la naturaleza no está peleada con el turismo.
El académico recordó que desde hace años la UNAM trabaja en Zihuatanejo en dos vertientes, la conservación de los arrecifes coralinos y también de la costa rocosa, desarrollando el inventario de flora y fauna tanto marina como terrestre.
En la actualidad hay un registro de más de 3 mil especies, lo que indica la gran riqueza en biodiversidad que todavía existe y que coordinados, autoridades y sociedad en general, no solo podría lograr conservarlo sino mejorar áreas impactadas.
Un proyecto nuevo es el uso de las macroalgas como indicadores ecológicos para reconocer a partir de los propios organismos las condiciones naturales del lugar; agregó que algunos arrecifes están en buenas condiciones y otros muestran importantes afectaciones, como el caso de Las Gatas, hecho que es entendible porque es un sitio impactado desde la época de La Colonia.
El turismo y el medio ambiente no son incompatibles, sino todo lo contrario, pero se necesitan hacer sinergias y alianzas para reconocer que nuestro entorno es un activo del turismo y que repercute en la calidad de la práctica, subrayó finalmente que estamos en un lugar privilegiado y que Zihuatanejo es un sitio que tiene muchas cualidades.