Las marisquerías informales, lejos de generar una baja de ingresos, provoca una mala imagen a los restaurantes establecidos, consideraron empresarios del gremio restauranteros.
El restaurantero de playa La Ropa, Carlos Gutiérrez Farías, declaró que es importante que los establecimientos cumplan con todas las normas como la colocación de trampas de grasa, porque beneficia a todos. Caso contrario con establecimientos que no cumplen la norma y contaminan la bahía tirando sus desechos.
Ante este panorama, quien se ve desprestigiado son los destinos de playa donde se permite el establecimiento de dicho comercio informal.
Explicó que en el tema económico no se ven tan afectados, lo que sí les pega es el desprestigió que se pueden ganar de forma general, cuando, se permite la venta de alimentos de forma ambulante y una persona se enferma.
Playa La Ropa es un destino que ha ganado renombre e incluso premios a nivel internacional por sus hospederías y popularidad, sin embargo, aún adolece de la venta informal de alimentos, en espacios federales y que están a la vista de todos, incluso las autoridades que no actúan.
La venta informal se mantiene al margen en sus establecimientos en temporada baja, pero una vez que comienza a llegar turismo, los meseros salen a recorrer la franja de arena para ofrecer platillos de una cocina, sin certificaciones.