Los campos de golf y los desarrollos inmobiliarios turísticos en Baja California Sur consumen grandes volúmenes de agua, mientras miles de familias enfrentan desabasto.
Baja California Sur cuenta con más de 10 campos de golf, la mayoría en Los Cabos, un destino que depende de la industria turística, pero donde la escasez de agua es cada vez más grave. Un campo de golf en zonas áridas puede consumir entre 2 mil 500 y 3 mil 800 metros cúbicos de agua al día, lo que equivale a más de mil millones de litros de agua al año. Sin embargo, estos cálculos son aproximados, ya que los campos de golf no reportan de manera transparente el agua que utilizan.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una persona promedio utiliza 120 litros de agua diariamente. Esto significa que el agua que consume un solo campo de golf en un año podría abastecer a más de 31 mil personas en el mismo periodo. De acuerdo con investigadores, el acuífero de La Paz tiene un déficit de menos 13 millones de metros cúbicos, mientras que los de San José del Cabo y Cabo San Lucas están al límite, extrayendo más agua de la que pueden recargar.
A pesar de que los campos de golf no solo utilizan agua para riego, no existe un registro específico sobre cuánta agua potable o tratada emplea cada uno de ellos. Al respecto, María Z. Flores López, responsable académica de la carrera en Gestión y Ciencias del Agua de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, señala que no hay un informe actualizado que registre con precisión qué campos de golf utilizan agua potable o tratada.
"Muchas veces para ellos es información sensible que con reserva comparten porque suelen ser empresas privadas", explicó, agregando que es necesario contar con un registro estatal del uso de agua en los campos de golf de los cinco municipios.
Mientras el consumo de agua en campos de golf y complejos turísticos es considerable, en colonias populares de Cabo San Lucas muchas familias deben racionar el agua o pagar hasta 800 pesos semanales por pipas. La falta de acceso equitativo al recurso hídrico es una realidad que afecta a miles de personas.
El gobernador del estado, Víctor Manuel Castro Cosío, reconoció que la entidad enfrenta un desarrollo contradictorio. "Una habitación cuesta cien mil pesos la noche y la gente no tiene agua, no se trata de querer confrontar ni de señalar de forma recurrente la dificultad, pero tampoco podemos ocultarla".
El consumo poco transparente de agua en los desarrollos turísticos y campos de golf dificulta la distribución justa del recurso en la región. El crecimiento del turismo y los desarrollos de lujo ejercen más presión sobre los acuíferos, reduciendo la disponibilidad para los habitantes.