En los últimos años, el desarrollo industrial de la urbanización, el aumento de la población mundial, el consumo desmedido de plásticos, así como los deshechos tecnológicos han provocado un incremento acelerado de la generación de residuos sólidos a nivel global. Según señala la Dra. Deneb Peredo Mancilla, profesora investigadora y coordinadora de Responsabilidad Social de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), éste es un tema que hoy en día concierne a todas y todos de manera muy significativa. Particularmente, señala que se ha vuelto una preocupación de los gobiernos regionales, nacionales e internacionales, pues la acumulación y mal manejo de desechos tiene un efecto negativo en la salud humana, en el medio ambiente, cuerpos de agua y vida silvestre,
Según datos que ha recabado, el problema es tan grande que se estima que en 2016 se generaron 2.1 mil millones de toneladas de residuos sólidos en el mundo, un aproximado de .74 kg por persona al día; y de esta cifra, el 33% fue dispuesto directamente en la naturaleza. De acuerdo con la investigadora, en México la situación no es tan diferente, pues en 2015 se generaron 53.1 millones de toneladas, de los cuales, sólo el 9.3% fue sometida a reciclaje, según sugieren datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
En el caso de BCS, indica que somos el tercer estado que genera más residuos per cápita a nivel nacional, con un estimado de 1.2 kg de basura al día, indicando que el promedio se encuentra en .84. Dijo que esta problemática debe verse como una corresponsabilidad que deben asumir todos los sectores de la sociedad, si se quiere llegar realmente a un cambio positivo y de menor impacto. "No sólo es una falla en el manejo de los residuos sólidos o en la forma de empaquetar los productos, sino también en los hábitos de consumo. Muchas veces, cuando compramos, no pensamos en el impacto que tendrá la mercancía. Hay opciones que como ciudadanos podemos tomar y hacer compras más responsables", subrayó.
Hizo mención que, a nivel mundial, el 53% de basura está compuesta por residuos orgánicos, lo cual es una valiosa oportunidad para aplicar técnicas de compostaje en casa, por ejemplo. Si nosotros aprovecháramos los desperdicios a nivel doméstico, podríamos ayudar a disminuir en un gran porcentaje la basura que se está yendo a los rellenos sanitarios. Otro modo es aprovechar los desechos tecnológicos como computadoras, tabletas, celulares, entre otros dispositivos, que muchas veces tiramos y, en cambio, pueden habilitarse para extender su uso y, si no serán reutilizados por los propietarios, se pueden regalar o donar a quien los necesite.
Como parte de su política de responsabilidad social universitaria, la Dra. Deneb Peredo refiere que en la UABCS ya se trabajó en un documento marco que establece diferentes actividades para el manejo de residuos, como compras responsables, reducción de impresiones y cartuchos tóner, manejo de residuos de limpieza y mantenimiento, estrategias de reciclaje y reaprovechamiento de residuos orgánicos e inorgánicos. Parte de estos logros es que ya se prepara la instalación de un primer sistema biodigestor en el campo pecuario para tratar las excretas porcinas que se generan, mismas que, posteriormente, se van a recuperar y a utilizar para la producción de energía y de un fertilizante de alto beneficio ecológico; al igual que en el desarrollo de biodiesel con los residuos de las cafeterías y la generación de composta y lombricomposta.
Asimismo, destacó un programa de manejo de dispositivos tecnológicos, de donde se deriva una campaña permanente de donación de equipos de cómputo para estudiantes, con objeto de apoyar a quienes sean de bajos recursos, pero, por otra parte, contribuir también en la reducción de basura tecnológica. De forma complementaria, reveló que se lleva a cabo una campaña intensiva de fomento y sensibilización sobre buenas prácticas en el manejo de residuos sólidos con toda la comunidad universitaria, con objeto que conozcan los beneficios de ello y también se conviertan en replicadores de la información más allá de los muros universitarios. "Tenemos que intervenir en todos los niveles si queremos resultados positivos. Sin duda hay opciones para el aprovechamiento de los residuos ya generados, pero la base de la pirámide consiste en minimizar la basura que estamos generando, modificando los hábitos de consumo que tenemos", subrayó la investigadora de la UABCS.