Hace unos días, la directora del Centro Municipal de Atención Canina (CEMAC), Pilar Martínez, acudió a la Dirección de Comercio Municipal para solicitar que no se emitan permisos de venta de pirotecnia. Los perros tienen un sentido del oído más desarrollado que las personas, por lo que ese tipo de estruendos les producen alteraciones auditivas y miedo extremo; incluso llegan a sentir terror a una muerte inminente.
Quienes también se ven afectados por la pirotecnia son las personas con autismo. Ellos tienen una hipersensibilidad sensorial; con el sonido de la pirotecnia sienten ira, miedo y ansiedad. En los casos más graves, se autolesionan o sufren convulsiones.