El lunes, alrededor de las siete y media de la mañana un joven fue víctima de un asalto en el centro de La Paz. Después de estacionar su vehículo junto al mercado Bravo, dos hombres lo interceptaron y lo obligaron a subir a su vehículo y a entregarles su cartera. Posteriormente, le pidieron que manejara. El joven siguió las instrucciones de sus asaltantes quienes, a bordo del coche, lo guiaban por las calles de la ciudad.
Luego de algunos minutos, se toparon con una patrulla. El joven, con la esperanza de recibir ayuda, se estacionó frente a los elementos de seguridad. Entre amenazas de los asaltantes, se bajó del automóvil y caminó hacia los policías. El estado de shock en el que se encontraba no le permitía pronunciar ninguna palabra.
Los asaltantes también se bajaron del vehículo y se alejaron del lugar caminando. Cuando el joven pudo contarles a los policías lo que pasaba, los asaltantes aún no habían llegado al final de la cuadra. Sin embargo, en lugar de ir tras ellos, los policías solamente dijeron "Chale, qué mala suerte, morro. Esas cosas pasan".