Mareos, dolor de cabeza, cansancio y mucha sed. Así describen sus días de clases los alumnos de la escuela primaria Benito Beltrán Beltrán, ubicada en la comunidad rural de El Ancón, a 30 kilómetros de la ciudad de La Paz. Ocasionalmente reciben sus clases bajo los árboles del patio de la escuela.
En la Comunidad, no se cuenta con una instalación de energía eléctrica, por lo cual para se abastecen con energía solar fotovoltaica. En el año 2020, dicho sistema fue instalado en la escuela, pero durante esta temporada comenzaron a tener problemas en el suministro. Debido a que se necesitan reemplazar las baterías que almacenan la energía brindada por los paneles solares, las cuales ya terminaron su periodo de vida.
Gabriel Orozco / Profesor
"Se apagan precisamente a las 11:30 cuando esta el calor más fuerte y los ventiladores dejen de funcionar, entonces tenemos que hacer actividades fuera del aula para que los alumnos se puedan concentrar y olvidarse del calor que está insoportable, sobre todo en estas fechas"
El profesor Gabriel Orozco, encargado de la institución, expresó que ya han levantado sus respectivos reportes y siguen en espera de respuestas por parte de la secretaría de educación pública (SEP). Por su parte los alumnos comentan que el calor los ha afectado al grado de no prestar suficiente atención en clase.
Isaac / Alumno afectado
"En el recreo sudamos mucho y cuando entramos al salón es insoportable trabajar porque no podemos concentrarnos con el sudor y el calor que sentimos, quisiéramos todos los compañeros que nos pusieran un aire acondicionado"
Gabriela / Alumna afectada
"Porque las baterías de nuestro salón se descargan y nos da mucho calor ahí dentro, por eso nos salimos, porque los abanicos se apagan"
Ana María/ Alumna afectada
"Tenemos que abrir las ventanas porque el abanico se apaga, y nos echamos aire con los libros, también nos salimos y vamos al salón viejito que es más fresco"
Al momento de recibir clases en el exterior los alumnos se ven expuestos a múltiples distractores, a pesar de eso su profesor intenta adaptar a los niños a la situación para que las clases fluyan de la mejor manera posible.
Gabriel Orozco / Profesor
"Prácticamente los salones se vuelven un horno, no permiten que el alumno concentre su atención en las actividades que está desarrollando, pero se tienen estrategias una de ellas es trabajar fuera y así tratar de sobrellevar el calorcito"
Por su parte, el profesor y alumnos esperan que este problema pueda solucionarse pronto ya que los meses más intensos de verano están por venir, Asimismo, si comienzan las lluvias, tampoco podrán recibir sus clases al aire libre.