De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la situación actual de las presas en Baja California Sur refleja una distribución variable de los recursos hídricos tras las recientes precipitaciones.
La presa de San Lázaro, ubicada en el municipio de Los Cabos, mantiene un notable nivel de almacenamiento del 96%. En contraste, la presa La Palma se encuentra con solo un 7.5% de su capacidad. Por otro lado, la presa de La Buena Mujer en el municipio de La Paz muestra un almacenamiento del 26.38%, gracias a las precipitaciones derivadas de la Tormenta Tropical Ileana.
Las lluvias recientes, con acumulados entre 75 y 150 mm, han sido beneficiosas para el campo y las zonas forestales del estado, proporcionando un alivio significativo al estrés hídrico. Julio Villarreal, titular de CONAGUA en la región, destacó que estas lluvias han sido cruciales para el sector agrícola y las áreas forestales, aliviando las condiciones secas que habían afectado a la región.
Sin embargo, aunque estas lluvias han sido útiles, su impacto en la recarga de acuíferos ha sido limitado. La elevada pendiente en la región dificulta la infiltración de agua en el suelo, lo que reduce la capacidad de las lluvias para contribuir de manera efectiva a los acuíferos locales.
Para contrarrestar esta situación, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) ha implementado la construcción de cerca de 18 ollas de agua en la región, cada una con una capacidad de 35,000 m³. Estas estructuras están diseñadas para captar y almacenar el agua de las precipitaciones, y su diseño incluye aspectos tanto estructurales como hidráulicos, tales como tuberías y bombas para el transporte del agua. Francisco Guzmán, Asesor de Medio Ambiente y Recursos Hídricos de la CROC, mencionó que el agua almacenada en estas ollas no solo se filtra parcialmente hacia los acuíferos, sino que también es utilizada para abastecer zonas agrícolas y ganaderas, mostrando la efectividad de estas iniciativas en la gestión del agua.
En conclusión, mientras que las recientes lluvias han proporcionado un alivio temporal y beneficios importantes para el campo, la eficacia en la recarga de acuíferos sigue siendo limitada debido a la topografía de la región. Para mejorar la gestión del agua y aprovechar mejor las precipitaciones, se hace necesario desarrollar más programas y proyectos de retención de agua que optimicen el uso de estos recursos vitales.