A pesar de estar rodeado por el crecimiento urbano, el panteón "El Zacatal" conserva un aura de historia y misterio que ha perdurado por más de un siglo. En entrevista, el historiador Sealtiel Enciso Pérez compartió detalles sobre la fundación, evolución y las historias que rodean este cementerio.
Fundado en el año 1900 por Rosario Sandoval y su esposa, Josefa Carlón, "El Zacatal" recibe su nombre de las altas plantas de zacate que antiguamente cubrían el terreno, tan densas que llegaban a ocultar a una persona de pie. Este pequeño cementerio de 200 metros cuadrados se estableció como una alternativa al distante panteón de San Juanes, recibiendo así a los primeros habitantes de la zona.
Además de las tumbas, el lugar alberga una capilla dedicada a San Antonio de Padua, en la cual se ha mantenido una fuerte devoción por generaciones, especialmente entre mujeres que acudían a pedir pareja.
Sealtiel Enciso recordó que "El Zacatal" comenzó a atraer la atención de los medios en las décadas de 1980 y 1990, cuando se reportaron supuestos rituales oscuros en el lugar.
"Este sitio cobró relevancia aproximadamente en los años 80?s o 90?s porque empezaron a salir notas en los periódicos de que en ese lugar se llevaban a cabo rituales que la gente catalogaba como satánicos, en las tumbas encontraron veladoras, que son propios de los rituales que se llama de brujería."
De acuerdo a los registros durante los años 90 se hizo de la opinión pública la práctica de rituales de magia negra en los que se encontraban restos de animales y velas negras, y se llegó a sospechar de sectas satánicas que operaban en diversos estados de México. Estos rituales incluían sacrificios y, según rumores, hasta menores de tres años fueron víctimas de estos actos.
En diciembre de 1990, las autoridades investigaron las actividades en "El Zacatal" tras vincular a un grupo de Tijuana que realizaba ceremonias en el lugar. Esta investigación reveló conexiones inquietantes y reforzó las leyendas oscuras alrededor del panteón.
A pesar del crecimiento de la ciudad, "El Zacatal" sigue habilitado para nuevos enterramientos y mantiene una atmósfera densa, cargada de historia y misterio. Las historias sobre rituales han disminuido, pero el lugar continúa siendo un enigma para los visitantes, quienes sienten el peso de las leyendas que rodean a este sitio emblemático de La Paz.