Los pastos marinos son plantas que viven, crecen y se reproducen totalmente sumergidas en aguas costeras de zonas tropicales y templadas, y aunque estas plantas producen flores y semillas, el modo más importante de reproducción es la asexual, a través de la extensión de las partes subterráneas (rizomas) o mejor dicho por clonación; es por eso que una pradera puede estar constituida por uno o varios clones, cada uno con una considerable extensión.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, Juan Manuel López Vivas y Karla V. Pedraza, en México existen diez especies de pastos marinos, de los cuales, el género Phyllospadix, conocido como "pasto surfista", se caracteriza por crecer en ambientes de alta energía.
"Éste debe su apodo principalmente porque crece en la zona intermareal y submareal rocosa de costas expuestas, hasta unos 10-15m de profundidad, y es una zona en donde rompen las olas; de tal manera que cada que una ola se levanta, puedes ver las hojas de este pasto moverse con el agua como si estuviera surfeando", explica López Vivas, quien es profesor investigador del Departamento Académico de Ciencias Marinas y Costeras de la UABCS.
Para sobrevivir a este tipo de ambientes, Phyllospadix ha modificado algunas de sus estructuras, como por ejemplo, tienen un rizoma comprimido y una serie de raíces modificadas que le permiten anclarse fuertemente a las rocas, además presenta hojas que pueden alcanzar una longitud de hasta 2 metros.
Según señala el catedrático universitario, su importancia radica en que, al igual que otras especies de pasto marino, funciona como refugio para animales como pulpos, distintos tipos de cangrejos y, ocasionalmente, de la langosta marina de California y de abulón, estas dos últimas especies de gran importancia comercial para el estado; además de que provee un hábitat de crianza para varias especies de peces, invertebrados y algunas algas.
Desafortunadamente, en los últimos años se ha observado la pérdida de las praderas de pastos marinos por disturbios antropogénicos, así como por causas naturales, como los huracanes.
Por ello los investigadores de la UABCS resaltan la importancia de buscar medidas de preservación, conservación y protección sobre todo de las interacciones humanas, ya que con la pérdida de estas praderas, también desaparecen los servicios ecosistémicos que proporcionan, afectando drásticamente al equilibrio natural marino.