El abuso sexual, una realidad devastadora que afecta a miles de niños y adolescentes en todo el mundo, sigue siendo un tema de gran preocupación. De acuerdo con estadísticas recientes, se ha revelado que en el 90% de los casos, los perpetradores son personas del círculo familiar de las víctimas.
Entre las afectaciones más comunes se encuentran el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Estos trastornos pueden persistir durante años, afectando significativamente la calidad de vida de los sobrevivientes.
Es imperativo que se tomen medidas efectivas para prevenir y abordar el abuso sexual, así como para brindar un apoyo integral a las víctimas y sus familias.
La concientización, la educación y el acceso a recursos terapéuticos especializados son fundamentales para ayudar a sanar las heridas emocionales causadas por esta grave forma de violencia.
"El día de hoy tenerle que hablar a los niños de una sexualidad lo vemos limitado porque decimos que no están en edad, que ahorita ya están imponiendo modas y vemos que estas cuestiones ya se están haciendo de manera más recurrentes y los niños carecen de información, hablar de un semáforo del cuerpo cuales son las zonas de su cuerpo que no se tocan y en donde es verde, donde es amarillo, donde es rojo, y como atraves de estos semaforos que les vas modelando a las niñas y niños que su cuerpo ni el de las demás personas se toca y llamarle por su nombre a las partes del cuerpo"