El devastador incendio del yate Fortuis en el Área Natural Protegida (ANP) de Playa Balandra, ocurrido hace dos años, dejó una marca imborrable en el entorno natural. El incidente generó un derrame de hidrocarburos y la recolección de grandes cantidades de desechos, incluidos 10 toneladas de residuos carbonizados, 6 toneladas de fibra de vidrio carbonizada, fragmentos de vidrio y 900 mil 345 kg de restos del yate.
Este desastre ecológico forzó el cierre de la playa durante tres meses. Recolección de Residuos 10 toneladas de desechos 6 toneladas de fibra de vidrio 900,345 kg de restos del yate Fuente: Gobierno de México A pesar de la magnitud del ecocidio, las investigaciones para sancionar a los responsables aún no han ofrecido respuestas concluyentes, lo que genera una creciente incertidumbre entre la población y los grupos ambientalistas. El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) ha señalado que no se cuenta con información clara sobre los avances en el proceso legal.
La Fiscalía General de la República (FGR) informó que, el 24 de agosto de 2023, se obtuvo un auto de vinculación a proceso contra Rafael "L", por su probable responsabilidad en el delito ambiental, pero desde entonces, no ha habido avances significativos. Mario Sánchez, Director Regional de CEMDA, expresó su preocupación por la falta de seguimiento al caso: "Esperaríamos que, como cuando sucedió ese incidente, hubo conferencia de prensa y se hizo un plan estructurado, se hubiera dado continuidad con un recuento el primer año, y más ahora, en este segundo año, lo cual sería un buen momento como cierre de administración."
Además, existe una gran incertidumbre respecto al presupuesto destinado a la protección de las ANP.
En 2024, el presupuesto asignado es de 70 millones de pesos, una cifra significativamente menor en comparación con los 79 millones de 2023, lo que ha generado preocupación sobre la capacidad para reforzar la vigilancia y conservación de estas áreas. "Lo último que tenemos de información es que se mantienen embarcaciones sin respetar las zonas designadas para otro tipo de embarcaciones pequeñas. No hay un cambio grande en el tema de la vigilancia", añadió Mario Sánchez.
A dos años del incendio en Playa Balandra, ambientalistas y ciudadanos coinciden en que este desastre debería haber sido un llamado de atención para redoblar los esfuerzos en conservación, aumentar presupuestos y reforzar la vigilancia. Sin embargo, hasta ahora, las mejoras esperadas siguen sin materializarse, dejando una sombra de incertidumbre sobre el futuro de una de las joyas naturales más preciadas de Baja California Sur.