El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, regresó este domingo a su club de golf privado de Sterling (Virginia) y siguió sin reconocer la derrota en las elecciones del 3 noviembre, en las que se impuso el candidato demócrata, el ya mandatario electo Joe Biden.
Horas después de que Biden ofreciese su discurso de triunfo este sábado desde Wilmington (Delaware), Trump evitaba todavía pronunciarse al respecto.
Biden, quien fue exvicepresidente entre 2009 y 2017 con el entonces mandatario Barack Obama, se presentó en ese discurso como el líder conciliador que buscará acabar con la polarización en el país.
Previamente, Trump, que también pasó el sábado la jornada practicando su deporte favorito en su club privado a las afueras de Washington, había insistido en que las elecciones estaban "lejos de haber finalizado" y prometía una ofensiva legal ante sus denuncias, sin evidencias, de fraude electoral.
Históricamente, una vez que los medios de comunicación proyectan el resultado definitivo, al cabo de unas horas el derrotado suele llamar al candidato victorioso para felicitarle.
No obstante, parece que Trump, quien se ha caracterizado por no seguir las tradiciones políticas de Washington, no tiene previsto reconocer la derrota en el corto plazo.
En Twitter escribió: "Creemos que estas personas son ladrones. Las máquinas de la gran ciudad están corruptas. Ésta fue una elección robada. La mejor encuestadora de Gran Bretaña escribió esta mañana que ésta fue claramente una elección robada, que es imposible imaginar que Biden superó a Obama en algunos de estos estados".
Más allá de los cruces de acusaciones, las ciudades donde hay una mayoría demócrata, como Washington, Nueva York o San Francisco se convirtieron el sábado en toda una fiesta, con ríos de gente inundando sus calles y gritando "Trump, estás despedido", la mítica frase que el magnate pronunciaba en el programa televisivo "The Apprentice".
La proyección del triunfo de Biden llegó después de casi cuatro días de agónica espera, mientras los estados contaban el récord de papeletas enviadas por correo en las elecciones con más participación de la historia del país.